EL CELULAR, ¿HERRAMIENTA, NECESIDAD O ADICCIÓN?
- Jorge Luis Gaitan
- 17 nov 2015
- 4 Min. de lectura

Para muchas personas, el teléfono celular es una dependencia tan importante en sus vidas que el solo hecho de imaginar su pérdida o su no compañía los hace sentir mal. Su estado de ánimo cambia si tienen que quedarse algunos minutos sin el teléfono a su disposición. Deben tenerlo cerca, como una extensión de su cuerpo, en el almuerzo, en la rumba, en el trabajo, a la hora de dormir, en el gimnasio, en el cine…. Apagarlo por unas horas es una opción inaceptable que no está en discusión. El celular está ahí, y punto. Hace parte de su autoestima, de su seguridad como ser humano, de su productividad como trabajador, de su reconocimiento como ser social. Desprenderse es tan difícil como el adicto a las drogas o al alcohol. Mucho cuidado, esta adicción al teléfono celular ya se está clasificando como enfermedad.
Es indiscutible que los teléfonos celulares han cambiado aspectos de nuestra vida. Estos dispositivos electrónicos han ido evolucionando a través del tiempo, y con cada adelanto generan un impacto cada vez mayor en nuestra cotidianidad.
Recordemos que en un inicio, los teléfonos celulares permitían recibir y hacer llamadas sin la necesidad de estar anclados por un cable a una mesa, lo cual era una total novedad. Posteriormente se le fueron incorporando funciones de agenda, calendario, reloj, cronometro, despertador, linterna, radio AM – FM y hasta juegos como “la culebrita”. Podríamos decir que en este punto no teníamos un teléfono móvil, teníamos a nuestro alcance un dispositivo electrónico que servía para varias cosas, y entre ellas la más relevante era hacer y recibir llamadas.
Cerca del año 2007 aparece el Smartphone, una evolución del teléfono celular que cuenta con pantalla táctil y multicolor, conexión a internet, además de poseer microprocesadores internos de mayor capacidad. Estas características ampliaron el espectro de servicios del celular, ahora llamado Smartphone, permitiendo suplantar y desplazar dispositivos como las cámaras fotográficas, las videograbadoras, grabadoras de audio, calculadoras, los reproductores de video y audio (MP3) entre otros. Pero la característica más relevante es la posibilidad de acceder a internet. Al tener conexión web se puede acceder a tiendas de aplicaciones, y es en este último punto en donde se diversifican los usos del Smartphone. Si revisamos las tiendas de aplicaciones como Playstore, podemos ver con sorpresa que existen aplicaciones para “casi todo”. Aplicaciones que nos permiten conectarnos a buscadores como Google y acceder al correo electrónico; ver canales de televisión y escuchar emisoras de cualquier parte del mundo; leer prensa de cualquier latitud; acceder a bibliotecas y libros; traductores de cualquier idioma; mapas y directorio telefónico comercial; juegos para todos los gustos; aplicaciones para mensajería como Whatsapp, BBM o Viber; aplicaciones que nos facilitan la vida en acciones como pedir un taxi, indicar la ruta para viajar, agendas con recordatorio , consultar el estado del clima o la cartelera de cine, compras en tiendas Online o manejar las finanzas de la casa; otras que emulan las funciones de un minicomputador con editores de texto, tablas de cálculo, lectores de PDF y editores de imágenes; o algunas más curiosas como detectores de metales, TalkingTom, lectores de huella dactilar, distorsionadores de voz, horóscopo, chistes, y podría seguir nombrando aplicaciones con miedo a no terminar la lista. Pero desde mi punto de vista, existe una rama de aplicaciones que tiene un papel protagónico, y hablo de aquellas que nos permiten acceder a redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, Ask, Youtube, Skype entre otras tantas que existen.
Después de revisar la lista de utilidades que tiene un Smartphone, no es difícil concluir que estos dispositivos electrónicos están cada vez más ligados y entrelazados a nuestro quehacer. Se han involucrado tanto en nuestra cotidianidad que han originado “enfermedades” que antes no existían. Patologías como el PHUBBING (PHone smUBBING) que es el acto de despreciar a alguien mientras se atiende el celular, es una patología “moderna” asociada al uso del Smartphone, y se manifiesta cuando se tiene este dispositivo electrónico en la mano, pues, al ofrecer tantas opciones que captan nuestra atención, termina por desconectarnos del entorno físico, afectando así el rendimiento académico y laboral, el entorno familiar, las relaciones de pareja y la interacción con nuestro circulo social cercano.
Del PHUBBING se pueden desprender otras “patologías” como la adicción al Facebook, el síndrome Selfie, y la manía de estar publicando ABSOLUTAMENTE TODO en las redes sociales, con las implicaciones negativas que puede conllevar esto en materia de seguridad.
Si bien, el PHUBBING se presenta cuando se tiene el Smartphone en la mano, existe otra patología que se manifiesta cuando no se tiene el Smartphone en la mano, es la NOMOFOBIA (NO MObile PHOne PHOBIA) que consiste en desarrollar un miedo irracional a quedarse sin el celular. La dependencia al dispositivo electrónico genera una infundada sensación de incomunicación en el usuario cuando este no puede disponer de él, bien porque lo haya dejado olvidado en casa, bien porque se haya agotado su batería o esté fuera de cobertura. Los síntomas de este trastorno son sensación de ansiedad, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza y dolor de estómago.
Señalan los expertos que más del 50% de la población sufre de alguna de estas patologías sin saberlo. Su solución no está en desprenderse totalmente del equipo electrónico, sino en aprender a manejarlo.
Ser consientes de que se padece alguna de estas patologías, gestionar el autocontrol, delimitar espacios y horarios para el uso del celular, son algunas de las recomendaciones que dan los expertos en el tema para evitar complicaciones derivadas de esta “adicción moderna”.
Alguien sugirió que “si el problema es el celular, la solución debe provenir del celular”, por ende, encontramos aplicaciones como Forest, Menthal, AppDetox, Breakfree o Quality Time que ayudan al usuario del Smartphone a regular el uso del dispositivo móvil.
Ser consientes de la dependencia que puede generar un Smartphone y saber manejarla, puede ser la diferencia entre dominar el teléfono, o permitir que el teléfono nos domine.
* ¿Acaso tu Smartphone es más inteligente que tú?*
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